Módulo 2
La fabricación de la maqueta del ADN y el cromosoma nos da a entender que los OMG pueden cambiar por el consumo excesivo de estos alimentos modificados
Los organismos genéticamente modificados (OGM) y en particular los cultivos genéticamente modificados (GM), son el resultado de la modificación de la información genética de una especie a partir del uso de la biotecnología moderna para proporcionar nuevas características que su contraparte no modificada no posee, tales como resistencia a insectos, tolerancia a herbicidas, contenido de nutrientes entre otros. La mayor parte de estos cultivos se concentran en cuatro productos: soya (Glycine max), maíz (Zea Mays), canola (Brassica napus) y algodón (Gossypium hirsutum); y los principales productores son Estados Unidos, Brasil, Argentina, India y Canadá
Las multinacionales, que poseen el control de los organismos genéticamente modificados, prometen diversos beneficios del uso de transgénicos como el aumento en la producción y resistencia a plagas. Sin embargo, existen indicios de que los transgénicos están asociados a enfermedades y a pérdida de diversidad, representando una amenaza a la salud humana y al medio ambiente.
Desde el descubrimiento de la estructura del ADN en 1953, hubo un enorme progreso de la ciencia, principalmente en la biotecnología. A partir de entonces, la biología molecular y la ingeniería genética fueron expandidas y aplicadas en campos de interés general, como el diagnóstico de enfermedades, la creación de vacunas y el mejoramiento genético.
El genoma de los organismos transgénicos contiene fragmentos de genoma de bacterias, virus y otros organismos. Esos fragmentos adicionales de información genética les confieren a los organismos transgénicos nuevas características, como la capacidad de producir sustancias medicinales o el aumento de la calidad nutritiva. En el caso de cultivos agrícolas, los organismos adquieren resistencia a herbicidas e insecticidas, la capacidad de producir toxinas contra plagas y el aumento de la cantidad y calidad de las cosechas. Ese mejoramiento genético se realiza en laboratorio y puede ser aplicado tanto a microorganismos (virus, bacterias, entre otros) como a organismos de mayor porte (animales y vegetales).
El cultivo de plantas transgénicas en larga escala puede provocar la diseminación de transgenes. Los efectos de esos transgenes sobre los componentes de la biodiversidad son irreversibles y difíciles de estimar. La amenaza a la biodiversidad debido a la liberación de organismos genéticamente modificados, depende de las propiedades específicas de cada transgen. La inserción de una variedad transgénica en una comunidad de plantas o animales puede causar varios efectos indeseables, como la eliminación de especies por procesos de selección natural, la exposición de especies a nuevos patógenos o agentes tóxicos, la generación de “super plantas” dañinas o “super plagas”, la polución genética, la disminución de la diversidad genética y la interrupción del ciclo de los nutrientes y energía del ecosistema.
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